Ana Álvarez-Errezcalde es una artista que quiso retratar el momento inmediato al postparto de su hija para “desafiar las maternidades ‘de película’ que el cine, la publicidad y la historia del arte enseñan. "Para parir me abro, me transformo, no soy objeto y sangro, grito y sonrío. Estoy de pie con la placenta aún dentro mío, unida a mi bebé por el cordón umbilical".
Ni bien tomó las imágenes, Ana no pensaba hacerlas públicas. Se trataba de una postal que antes del nacimiento de su hija ya había visto en su mente, de manera recurrente, y quería materializar. Pero "después me pareció importantísimo que esas imágenes se vieran", contó la artista, ya que el valor de las tomas va más allá de lo visual e intenta mostrar todo eso que las mujeres no ven en una sala quirúrgica.
"Muchas mujeres que han parido nunca vieron sus propias placentas, encontes se intrigan por verla en la foto. Todo lo que parece desecho se quita de la visión de la madre, pero me parece muy rico que una pueda ver todo lo que nutre al hijo y asumirlo con gratitud y con naturalidad", explica la artista.
Ana asegura que con esta creación "umbilical" se aleja de Eva (y el castigo divino de “parirás con el dolor de tu cuerpo”) para ver a través de los ojos de Lucy, su hija recién llegada al mundo. "Estas imagnes permiten que se generen otros tipos de imaginarios. Mi maternidad fue una experiencia más animal, de perder el control, de dejarse llevar pero a la vez saber que estoy presente con mucha lucidez. Estoy haciendo lo que quiero en un momento que nos han hecho creer que se debe hacer otra cosa" aseguró la mujer, protagonista de una postal tan natural como la vida misma, pero que contadas veces vemos.
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